
¿Cuáles han sido los principales motivos que los llevaron a invertir en vehículos eléctricos para su agencia y cómo ha impactado esta decisión en su operativa diaria y en la percepción de sus clientes?
El principal motivo para apostar por vehículos eléctricos es económico: el ahorro de costes que representan para nuestra actividad es muy significativo y difícil de ignorar. Además, la funcionalidad de estos vehículos es una gran ventaja para nuestros repartidores, ya que son vehículos muy fáciles de conducir y maniobrar en el día a día.
A esto se suma la contribución a la reducción de la huella de carbono y la obtención de la codiciada etiqueta CERO emisiones, aspectos que reflejan nuestro compromiso con el medio ambiente y que cada vez tienen más peso en la sociedad.
Con todos estos factores, está claro que este es el camino a seguir, y en los próximos años lo más extraño será seguir viendo vehículos térmicos en nuestras rutas de reparto.
¿Qué retos y oportunidades han encontrado durante el proceso de transición hacia una flota más sostenible y qué aprendizajes destacarían para otras agencias que estén considerando dar este paso?
Lo fundamental para dar el salto a la movilidad eléctrica es contar con instalaciones adecuadas que permitan la recarga óptima de las baterías de nuestros vehículos. Disponer de un contador eléctrico trifásico y los cargadores necesarios es clave para garantizar un funcionamiento ágil y seguro.
Afortunadamente, todo este proceso puede ser subvencionado a través del Plan MOVES III, por lo que ahora es un momento especialmente propicio para actualizar las infraestructuras y aprovechar estas ayudas.
Por mi parte, animo a las delegaciones a informarse y aprovechar estas oportunidades para seguir impulsando la transición hacia una TIPSA más sostenible y eficiente.

Desde su punto de vista, ¿cómo contribuye la electrificación de la flota al compromiso global de TIPSA con la sostenibilidad y qué valor añadido aporta a la red y a la sociedad en general?
Lo fundamental para dar el salto a la movilidad eléctrica es contar con instalaciones adecuadas que permitan la recarga óptima de las baterías de nuestros vehículos. Disponer de un contador eléctrico trifásico y los cargadores necesarios es clave para garantizar un funcionamiento ágil y seguro.
Afortunadamente, todo este proceso puede ser subvencionado a través del Plan MOVES III, por lo que ahora es un momento especialmente propicio para actualizar las infraestructuras y aprovechar estas ayudas.
Por mi parte, animo a las delegaciones a informarse y aprovechar estas oportunidades para seguir impulsando la transición hacia una TIPSA más sostenible y eficiente.
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