
¿Cuáles han sido los principales motivos que los llevaron a invertir en vehículos eléctricos para su agencia y cómo ha impactado esta decisión en su operativa diaria y en la percepción de sus clientes?
Siempre he querido invertir en un vehículo eléctrico, pero el desconocimiento y el miedo siempre me frenaron. Sin embargo, tras perder un motor de combustión después de solo 13 meses de uso y descubrir la oferta de Maxus, me di cuenta de que los precios eran comparables a los de un vehículo de combustión. Además, en 2024, la Junta de Extremadura ofrecía cargadores gratuitos, lo que nos dio el empujón definitivo para tomar la decisión.
A esto se sumó la ayuda del programa MOVES, la bonificación de TIPSA y los ahorros en mantenimiento. Al final, creo que debí haberlo hecho mucho antes.
Después de una prueba piloto exitosa, adquirimos una Maxus de segunda mano, ya que tienen una importante depreciación, lo que vimos como una gran oportunidad calidad-precio. También instalé placas solares para complementar el proyecto. En la tercera furgoneta, compramos una nueva porque están liquidando modelos para dar paso a una versión con mucha más autonomía. Haciendo cálculos, el ahorro entre los tres vehículos asciende a entre 1,000 y 1,200 euros anuales, considerando combustible, bonificaciones y mantenimiento.
Además del ajuste en costes, hemos notado una mejora en la experiencia de conducción y la satisfacción de saber que estamos contribuyendo al cuidado del planeta. Clientes y particulares nos han parado por la calle para informarse y felicitar el cambio.
No todo ha sido sencillo: tuve que adaptar las rutas para asegurarme de que la autonomía era suficiente, e incluso en algún viaje he tenido que usar la grúa. También hemos tenido algunos problemas con la postventa, pero vamos aprendiendo y superando esos inconvenientes. Al final, todo es cuestión de adaptarse.

¿Qué retos y oportunidades han encontrado durante el proceso de transición hacia una flota más sostenible y qué aprendizajes destacarían para otras agencias que estén considerando dar este paso?
Empezando por lo más importante, la inversión en un vehículo eléctrico es rentable, especialmente si ya cuentas con placas solares, como muchos compañeros de nuestra red. En estos casos, el excedente de energía que antes se perdía puede sustituir al gasoil, lo que supone un ahorro real. Y si no tienes placas solares, considerando el precio medio de la electricidad, el ahorro puede situarse entre un 50% y un 60% en comparación con un vehículo de combustión.
Sumando además la bonificación que ofrece TIPSA, los números salen claramente favorables. Es cierto que hay que hacer una pequeña inversión inicial, pero a medio y largo plazo merece la pena, más aún cuando las baterías de los vehículos eléctricos comiencen a ofrecer mayor autonomía.
Hay que tener en cuenta también que desde la Unión Europea se está trabajando para que los precios del gasoil y la gasolina se equiparen, lo que incrementará aún más el ahorro de quienes opten por la movilidad eléctrica.
Por todo ello, animamos a los compañeros de la red TIPSA a que se animen a probar este tipo de vehículos. Estamos seguros de que, una vez den el paso, no se quedarán en uno solo.

Desde su punto de vista, ¿cómo contribuye la electrificación de la flota al compromiso global de TIPSA con la sostenibilidad y qué valor añadido aporta a la red y a la sociedad en general?
Desde una perspectiva global, entendemos que apostar por la sostenibilidad sin duda fortalece la imagen de marca de TIPSA y nos posiciona mejor para cerrar grandes cuentas comerciales, lo que beneficia a toda la red.
Además, la bonificación por entregas sostenibles representa un ingreso adicional que siempre es bien recibido y que contribuye a mejorar la rentabilidad de nuestras operaciones.
Pero, más allá de lo comercial, lo más importante es que, entre todos, aportamos nuestro granito de arena para construir un futuro mejor, donde nuestra aportación no solo favorece a TIPSA, sino a la sociedad en general, garantizando que las próximas generaciones puedan disfrutar de un mundo más limpio y sostenible.
Para seguir avanzando, es fundamental que se promuevan cambios normativos similares al plan MOVES, que faciliten descuentos directos y fomenten la adopción de tecnologías limpias. También esperamos con ilusión la llegada de las baterías sólidas, que ofrecerán no solo mayor autonomía y durabilidad, sino también precios más accesibles, mejorando la postventa y la experiencia general del usuario.
Cuando estos avances se consoliden, estaremos ante un punto de no retorno en la movilidad eléctrica, y TIPSA estará preparada para liderar este cambio definitivo.
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